LA EDUCACIÓN NO SE DETIENE
- Leslie Sucely Mendoza
- 28 ago 2020
- 3 Min. de lectura
Los maestros no dejan de realizar su labor a pesar de la situación, quienes siguen impartiendo su conocimiento con la ayuda de plataforma digitales.
Por: Leslie Mendoza
Muchos maestros son de una generación en la que no se utilizaba el Internet como lo hacemos hoy en día, y se han tenido que ir adaptando a esto por amor a su profesión y deseo de hacer que sus alumnos no dejen de aprender. Un claro ejemplo es Nora Estrada, docente de alumnos de primero primaria en el colegio Winbridge, quien a sus 40 años ha tenido que aprender a usar nuevas aplicaciones y familiarizarse con la tecnología, con la ayuda de su hijo y a su tiempo invertido aprendiendo a base de tutoriales que ve en YouTube. “Nadie estaba preparado para esto. Debido a mi edad no tengo la misma educación tecnológica y las mismas habilidades que tienen mis compañeras que tienen 24, para mí, si fue un desafío adaptarme a esta nueva modalidad”, comentó.
A ella, al igual que a muchos docentes, el cierre de los colegios, institutos y universidades decretado por el Gobierno para evitar la expansión del corona-virus en todo el país la obligó a replantearse su trabajo y capacitarse para seguir haciendo lo que le gusta: enseñar.
Definitivamente en esta nueva modalidad es de mucho esfuerzo y sacrificio, es totalmente diferente dar clases de forma presencial que a distancia porque los niños y jóvenes fácilmente pueden distraerse con objetos de su entorno.
Nora ve el lado positivo de esta situación pensando en sus alumnos que han contado con el apoyo de sus padres, quienes han estado más al tanto de la educación de sus hijos. “A las madres que antes les daba igual que el hijo ganara o perdiera el grado, ahora sí o sí se tiene que encargar del niño porque es quien tiene que supervisar que haga las tareas”, explica.

Fotografía: Nora Estrada, lugar de trabajo desde casa.
Rodimiro de León también es docente, imparte clases a jóvenes y nos cuenta que, a pesar de sus 51 años, no ha tenido dificultad para adaptarse a la nueva manera de enseñar puesto que siempre ha estado familiarizado con la tecnología. Pese a eso difiere con el tema de la funcionalidad de la enseñanza de manera virtual, pues considera que es muy difícil mantener la atención de los alumnos teniendo muchas distracciones en sus hogares y es más complicado aclarar todas las dudas que pueden tener a lo largo de las clases.
En el colegio Canadiense, la docente Angélica Yac, de 31 años, quien imparte clases a alumnos entre los 15 y 18 años, señala que la enseñanza de manera virtual es efectiva planificándola adecuadamente. Muchos maestros coinciden en que la mejor manera de enseñar a través de una pantalla, es haciendo la clase interactiva y dinámica. “En una clase, la interacción del docente debe ser de un 25% y 75% del alumno”, comentó Yac.
En el sector privado hay más facilidad de trabajar con plataformas digitales y herramientas tecnológicas, a comparación de centros educativos del estado pues sus estudiantes son de bajos recursos, sin embargo, todos se han tenido que adaptar a esta “nueva normalidad”.
Lo indiscutible es que esta situación ha afectado la economía tanto de profesores como del alumnado, quienes deben contar con el servicio básico que es la energía eléctrica y de un servicio como lo es el Internet. Por todo ello, es una tarea de cada centro educativo buscar una posición conciliadora donde se encuentren todas las posturas y metodologías para caminar hacia un objetivo común: “El desarrollo integral del alumno y, sobre todo, que sea feliz aprendiendo”.
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